Restos aparecidos en diversas cuevas de la sierra de Cabra testimonian la presencia humana desde el Neolítico. A la cultura de Almería se puede adscribir el megalito del cerro de los Chotos, mientras que los importantes restos arqueológicos descubiertos a finales del XIX ponen de manifiesto la continuada presencia humana en estos lares, siendo durante el Bronce cuando se colonizan determinados promontorios cercanos a las terrazas irrigadas por los cursos de agua del término (arroyos del Nacimiento, Molino Barranco, Arroyo Santo…).

También, en base a hallazgos arqueológicos podemos atestiguar la presencia humana en este territorio durante la protohistoria, cuando el comercio y la cultura seguía abriéndose caminos por estos pasos que conectaban las costas mediterráneas del oriente andaluz con el valle del Guadalquivir. Vestigios iberos, así como de la época romana han aparecido en lugares muy cercanos al actual casco urbano. De época tardoantigua también existen testimonios y Ximena Jurado dio cuenta del hallazgo de un “tesoro” Visigodo.

De época Almohade parecen datar los restos del castillo que corona el cerro de San Juan, en cuyas laderas se ubicó la población en tiempos de Al-Andalus. Muy atrás quedaban los tiempos del Califato Omeya, cuando en Bagtawira, posiblemente una población muy cercana, tuvieron lugar algunas rebeliones muladíes.  La Reconquista y las constantes disputas entre granadinos y castellanos provocaron que se mantuviera este “despoblado” durante tres siglos hasta que Carlos V ordena al concejo de Úbeda su repoblaciónasí que se trazan las primeras calles y se construyen las primeras casas en el actual casco urbano, entre el entorno de la plaza y el cerro del castillo.

El siglo XVII será determinante, pues la llegada de un lienzo con la representación del Cristo de Burgos y los hechos que se desarrollaron marcarían uno de los hitos principales de la historia local. Será durante este siglo y el siguiente cuando se finalice nuestra parroquia-santuario y se construyan otros importantes edificios patrimoniales como la casa Grande. La guerra contra Napoleón inició el convulso siglo XIX que terminaría con otro importante hito, la inauguración de la línea férrea de Linares a Almería que transita por este término municipal a lo largo de más de treinta kilómetros. El despegue demográfico tuvo su momento álgido mediado el siglo XX, cuando se superaron ampliamente los 6000 habitantes, punto de inflexión a partir del cual comenzó un declive poblacional que continúa en nuestros días y por el que se ha mermado el censo de manera más que considerable, siendo actualmente inferior a las 2000 almas.