Enmarcados en los actos conmemorativos del 375 aniversario de la llegada del lienzo del Cristo de Burgos se produjeron en Cabra algunos acontecimientos que sorprendieron a muchos, tal es el caso de la presencia de una representación de la cofradía de la Piedad de Guadix, con su peculiar personaje “Cascamorras”[1] portando la bandera, en el cortejo procesional del 15 de agosto de 2012. Ello no fue fruto de la casualidad y sí obedeció en buena medida al descubrimiento de la procedencia accitana del “Pinchaúvas” (popular personaje del folclore cabrileño) y a sus similitudes con ese otro personaje tan protagonista de las fiestas de Guadix y Baza. Damos a conocer aquí el proceso por el que se ha llegado a esa conclusión

Aunque sólo fueran sospechas, en reiteradas ocasiones se ha considerado a Cascamorras como posible origen del “Pinchauvas” cabrileño[4], de manera que el mismo Lázaro Gila Medina lo advertía en el inicio de un artículo que trataba sobre esta advocación en la diócesis de Guadix[5]. El caso es que nuestro Pinchaúvas no sólo se parecía en lo estético al Cascamorras, sino que además, en ambos casos este personaje está vinculado a una imagen milagrosa que se disputan dos pueblos. Ya hemos contado que en el caso de Cabra fue el Cristo de Burgos el detonante de esa “disputa” con Guadix, parecida a la que los accitanos mantenían con Baza por la Virgen de la Piedad desde mucho tiempo atrás y que se cree fue el origen de Cascamorras. Pero conozcamos el “teórico” origen del personaje accitano[6]:

Sobre el origen y la evolución de esta fiesta, no coinciden los autores que han investigado el tema. La versión más comúnmente aceptada está basada en los siguientes hechos: Con la llegada de los Almohades en el año 1.151, se destruyeron muchos templos, y entre ellos una ermita mozárabe edificada en el arrabal de la Churra en Baza. Tres siglos más tarde, uno de los caballeros que acompañaban a Fernando el Católico, Don Luis de Acuña Herrera, decidió levantar en este lugar la Iglesia de la Merced. En el año 1.490 se iniciaban las obras, cuando uno de los obreros, Juan Pedernal, de origen accitano, picando en la demolición de un yesón, oyó sorprendido que de aquella oquedad salía un dulce y lastimoso grito que parecía venir de las entrañas de la tierra, y que decía “¡TEN PIEDAD!”. Había encontrado la talla de una Virgen, la cual recibiría desde entonces el nombre de Nuestra Señora de la Piedad, en alusión a la expresión.

El obrero de Guadix dio motivos de graves trastornos entre los obreros por disputarse la posesión del icono, llegando a implicar a las autoridades de las dos ciudades de modo que tuvo que tomar parte la justicia de aquellos tiempos, resolviendo dejar la propiedad y posesión de la imagen para Baza, y el derecho de celebrar anualmente las fiestas religiosas el día 8 de Septiembre, festividad de la Virgen de la Piedad, al Cabildo de Guadix.

Se cuenta también que se llegó al acuerdo tácito de que si un comisionado de la ciudad de Guadix lograba entrar en Baza y llegar a la iglesia de la Merced sin ser manchado, podría recuperar a la Virgen para Guadix. Así, los accitanos venían todos los años en romería a celebrar las fiestas religiosas que por derecho les correspondía. La comitiva se trasladaba a Baza acompañándoles un bufón, persona pequeña y generalmente poco agraciada, que tenía la importante misión de distraer a sus señores con bromas y jerigonzas. Es de creer que este bufón fue el precursor del “Cascamorras” actual, y es lógico pensar que aquel criado siendo el encargado del rescate, se encrespara con las bromas y risas de la chiquillada que acudía para mancharle y que de tales mofas intentara defenderse con vejigas atadas a un palo.

El comienzo de la investigación y la certeza de la sospecha

Fue en 2010 cuando a través de (www.cabradelsantocristo.com) se puso en contacto conmigo una persona de Guadix que ya por entonces encabezaba a un grupo de devotos del Cristo de Burgos que pretendían impulsar los cultos que en su honor se celebraban en la catedral accitana. Se trataba de Antonio Francisco Gabarrón Torrecillas, un accitano de arraigada devoción, quien me contó que pese a que la cofradía desapareció, los cultos al Cristo de Burgos siempre se celebraron por el 14 de septiembre en la Catedral. Reconozco que siempre pensé que en Guadix apenas quedarían vestigios de aquellos tiempos pasados y que salvo el lienzo que ocupa una de las capillas de la catedral[7], apenas quedarían testimonios, pero otra revelación de Antonio me sorprendió aún más, al descubrir que después de tanto tiempo el Cristo de Burgos seguía gozando de una especial devoción en Guadix.

Le comenté acerca de mis sospechas sobre la más que probable procedencia accitana de nuestro Pinchaúvas. Sospechas que se habían reforzado tras encontrar un excepcional documento que hacía poco había caído en mis manos y que publiqué íntegro en el artículo [8] que firmé junto a mi buen amigo Manuel Urbano Pérez Ortega, quien se encargó de hacer un magistral análisis del texto que concluía precisamente advirtiendo sobre la necesaria indagación del origen de Pinchaúvas. Sospecha que se basaba en un par de datos muy reveladores que nos ofrece el mencionado documento y que relataré más adelante, pero antes quiero contar que fue entonces cuando mi intuición me llevó a hacer una búsqueda en la red, de manera que metí en Google las palabras “Pinchaúvas”, “Guadix” y “Cabra”; ahí estaba, el resultado de esta consulta era la certeza de que Pinchúvas venía a Cabra con la cofradía de Guadix, así lo decía una publicación[9] que hacía referencia al diccionario andaluz de Alcalá Venceslada (edición de 1930).

Una vez establecido el contacto con Antonio Fco. Gabarrón se programó, para octubre de 2011 una conferencia de Lázaro Gila en Guadix, motivo por lo que creí que era fundamental informarlo, por si consideraba oportuno dar cuenta de este determinante “hallazgo”, de modo que Lázaro ya lo adelantó en aquella conferencia a la que también asistió el Alcalde de Cabra y una representación de la cofradía local de la Esclavitud. Fue entonces cuando se comenzó a gestar la visita que he comentado al comienzo y cuando me comprometí con Antonio Gabarrón a colaborar con un artículo en el boletín que los devotos del Cristo de Burgos editan coincidiendo con los cultos de mediados de septiembre. Una vez que se publicó ese artículo[11] pensé que debía redactar todo este proceso y poner “negro sobre blanco” los datos que he manejado, pues estoy seguro que muchos cabrileños aún se preguntan qué hacía en aquella procesión del 15 de agosto de 2012 aquel personaje tan raramente vestido, así que llegados a este punto se hace necesario continuar ahondando en la figura de Cascamorras:

pinchauvas
« de 5 »

“Cascamorras” es una Fiesta a caballo entre la celebración pagana y la connotación religiosa que con el paso del tiempo ha ido adaptándose y siguiendo una evolución temporal y espacial pero a la vez profundizando en su autenticidad.

La tradición de esta fiesta se basa en que el famoso personaje, acompañado de un tamborilero y una comitiva, emulando los primeros años de la celebración, llega desde Guadix hasta Baza para llevarse la Imagen de la Virgen de la Piedad. Si consigue llegar limpio, es decir, sin pintar, hasta el Convento de la Merced podrá realizar su objetivo. En su intento, los bastetanos se lo impedirán acompañándole en su recorrido desde la entrada del pueblo hasta la iglesia de la Merced y manchándolo con pinturas, almagra o aceite usado. “El Cascamorras” retornará a Guadix sin la preciada imagen por lo que los accitanos en pago por su fracaso volverán a pintarlo y mancharlo utilizando también pinturas al agua, almagra, etc..

Pero la celebración de esta fiesta está llena de tradiciones. De todas ellas destacaremos las más importantes:

Antiguamente, y desde años remotos se realizaba el día 15 de agosto el “Rosario de la Aurora” por las calles de la ciudad de Guadix, donde figuraba el “Cascamorras” junto con miembros de la Hermandad de la Virgen de la Piedad.

El día 28 de Agosto se realiza en Guadix la primera salida de “El Cascamorras”, acompañado por su inseparable tamborilero y por una comitiva de la Hemandad, para iniciar la cuestación de donativos por todas las calles de la ciudad accitana y otras poblaciones de los alrededores. No resulta extraño que en ocasiones personas devotas soliciten la entrada en hogares para ralizar actos de fe ante la imagen estampada en la bandera que porta “Cascamorras”. A veces los donativos son bienes materiales, principalmente alimentos.

Al paso del Cascamorras, los niños y jóvenes del lugar entonan cancioncillas que dicen: “¡Cascamorras, pincha las uvas, pínchalas bien que están maduras!”: Algunos antropólogos vinculan esta canción a la posible relación que la fiesta y el personaje tienen con un ancestral rito celebrado con motivos de la fiesta de la vendimia, aunque este hecho no está del todo fundamentado.

Otras canciones dicen:… “Cascamorras con la cachiporra “, … “ahí viene Pedro Lagarto”, en referencia al típico colorido multicolor, muy vistoso que desde siempre tuvo el traje del Cascamorras.

En el ritual de la despedida de Guadix y antes de su partida hacia la localidad bastetana, Cascamorras eleva la bandera que porta sobre las cabezas de los numerosos accitanos allí congregados que, agachados y de rodillas, están situados alrededor del mismo y la baila sobre ellos hasta enrollarla totalmente en su mástil, mientras que la población al emotivo grito de “¡viva ¡” finaliza la despedida de sus enviados en su partida hacia Baza.

Al llegar a Baza “El Cascamorras” se embadurna de vaselina, se pone el traje de faena y hace el calentamiento con algunas carreras suaves, antes de iniciar el recorrido por las calles bastetanas hasta el Templo de la Merced para intentar llevarse la imagen. En horas previas, se vienen congregando grupos de bastetanos en las Rodeas pintándose unos a otros

Pero es al sonido del tercer cohete cuando corren hacia Cascamorras en una pugna por ver quién es el primero que logra pintar al personaje, cumpliendo así con la tradición. Almagra y azulete han dejado paso a la negrura de aceite quemado como pintura en Baza, que con el fluir de los años, ha venido imponiéndose poco a poco y que otorga a los bastetanos y accitanos un aspecto impresionante y espectacular.

Hoy en día, entre los bastetanos presentes en los depósitos del agua, se sortea el privilegio de ver quién se convertirá en portador de la bandera a lo largo del recorrido, mientras que los demás, se encargarán de pintarles y de ayudar al Casacamorras para quitarle pintura acumulada en los ojos, darle descanso, arroparlo, protegerlo de la muchedumbre, animarlo, así como subirle a hombros y vitorearle. Todo está permitido menos usar palos u otros objetos contundentes que lo puedan herir, le embadurnan el rostro con grasa ennegrecida y alguna vez, a petición suya, es bañado en las fuentes; le empujan, y el de Guadix se defiende con la porra que lleva en la mano, la mayoría de las veces golpeando sobre el suelo y casi nunca sin agredir directamente.

Debido al persistente y duro calor del mes en el que acontece la fiesta, es el agua un elemento imprescindible para la misma, ya sea combinado con el colorante o bien como medio de refrescar a Cascamorras, tanto en Guadix como en Baza, siendo el primer baño en el caño que había cerca de la Plaza de Toros; después, vendrá el baño en los Caños Dorados, el más esperado por muchos bastetanos, quienes tras refrescarse, piden y jalean a coro: “¡bandera!”….; y agachados “Cascamorras” ondea la bandera sobre sus cabezas entre vítores para la Virgen de la Piedad. En Guadix esta función la cumplen la fuente del Parque Municipal y la que se encuentra a las puertas de la Iglesia de San Miguel. Como base de la estatua que el pueblo accitano ha dedicado a su más querido representante, el Cascamorras.

A lo largo del recorrido se van efectuando paradas algunas de ellas obligatorias y casi todas a petición de los ciudadanos o a veces por el cansancio que se produce entre los celebrantes. Una de las paradas obligatorias se eféctua en la Plaza del Ayuntamiento, donde se vuelve a bailar la bandera. Poco después se llega hasta las puertas del convento de la Virgen de la Merced, en el caso de Baza, y de la Iglesia de San Miguel, en caso de Guadix, donde finaliza el recorrido entre aplausos, jaleos y vítores al “Cascamorras” y a la Virgen, tras lo cual, se entra en el templo después de ondear la bandera. Los allí congregados se arrodillan y Cascamorras sobre sus cabezas ondea la enseña de la Hermandad. Los cofrades van a la Parroquia de San Juan Bautista, para volver a la Merced con cirios, en recuerdo del culto que se dió a la Virgen el primer día que fue sacada de su encierro.

En la alberca del convento, se le quita la pintura al Cascamorras con aceite de oliva, detergente y un buen baño con la que se desprende ésta. Después, ataviado con un nuevo traje multicolor, se pasa la iglesia, a darle gracias a la Santísima Virgen, no olvidemos, que se trata de una tradición de profundo arraigo religioso que mantiene en perpetuo litigio a ambas ciudades.

Al dia siguiente “El Cascamorras” va por las calles bastetanas acompañado del tamborilero. Al paso de la comitiva, cuando un grupo de personas se lo pide ondea la bandera, el rito del baile se volvía a realizar.

El dia 8 de septiembre, día grande de Baza; día de su Co-Patrona, (la patrona es Santa Bárbara y se celebra el dia 4 de diciembre); día de la Virgen de la Piedad, recientemente nombrada Alcaldesa Perpétua.

Por la mañana, con asistencia de Excmo. Ayuntamiento de Baza bajo mazas, con la presencia corporal de Cascamorras al lado del Pendón de la Ciudad donado por los Reyes Católicos, abre paso a la Corporación Municipal que desde los pórticos del Ayuntamiento se dirige a la Iglesia de la Merced para celebrar la solemne función religiosa en honor a la Santísima Madre.

Por la tarde, presidida por los Excmos.Ayuntamientos de Guadix y Baza, con la presencia de señoras tocadas con la clásica mantilla española, la Virgen de la Piedad, recorre las principales calles en solemne procesión. Cascamorras, en medio copresidiendo el desfile procesional. Es el día primero de la Feria Mayor.

Finalizada la procesión, en la Plaza Mayor se baila por última vez la bandera, dando así por concluida la estancia de Cascamorras en la ciudad de Baza y retomando el camino de vuelta hacia la ciudad de Guadix, a sabiendas de que el recibimiento que obtendrá en esa tierra no será menos árido del que recibimos al llegar a Baza, a fín de cuentas, los accitanos se muestran enfadados con Cascamorras al no haber podido recuperar la Virgen, para la ciudad de Guadix.

Al regresar a Guadix lo reciben con muestras de poco agrado, ha vuelto el “representante” de Juan Pedernal sin la apreciada imagen y en la Estación le esperan los accitanos con sus pinturas de agua, almagra y azulete, con los que volver a manchar al “Cascamorras” en represalía de su fracaso.

Desde los balcones de los edificios que flaquean los calles del recorrido le lanzan cubos de agua con pinturas, al unísono grito de aquellos que realizan la carrera de “¡agua!” …También aquí hay preceptivos baños, como por ejemplo el que reciben los asistentes a la carrera donde están situados los dos coches-cubas de los bomberos. Se lleva a Cascamorras al Parque bañándolo en el estanque que hay en el mismo.

Al llegar al puente del Rio Verde se realiza parada obligatoria el Cascamorras baila la bandera sobre la cabeza de los accitanos, en recuerdo de la despedida del día 5.

Sigue la carrera a través de la calle Ancha hacia el Caño de Santiago, donde se realiza otro baño. Se llega, por fin, a la Plaza de los Palomas, y tras refrescarse con el agua que los ediles lanzan sobre la multitud, el Cascamorras ondea la bandera como en tantas otras ocasiones, accediendo por las calles anexas a la Catedral hasta el Palació Episcopal. Aquí el Sr. Obispo saluda al Cascamorras que, seguido de todos los accitanos, enfila la calle de San Miguel, donde está ubicado el monumento erigido a este singular personaje. Es aquí donde Cascamorras recibe el último chapuzón, en la fuente que precede al monumento y tras las aclamaciones con las que homenajea el pueblo a su héroe, llega a la Iglesia de San Miguel, ante la cual, el Cascamorras es subido a hombros y con un continuo ondear la bandera, es introducido por los suyos en el templo.

Despojarle de la pintura, al igual que en Baza, es la tarea a realizar en breve. Después de dar gracias a la Santísima Virgen, se sale a la calle y se encuentra con sus conciudadanos que le felicitan por el continuar de la tradición, y por la carrera. Así, Cascamorras ha podido ver cumplida su promesa un año más.

Deja tu comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios.